sábado, 21 de marzo de 2015

Identidad digital


Hace no muchos años el D.N.I. o el c.v. impreso era nuestra única vía de mostrar a los demás quiénes éramos y qué hacíamos. Eso quedó atrás.

Video curriculums, perfiles de redes sociales, blogs personales... son hoy en día nuestra marca personal, lo que nos diferencia del resto.

La nueva identidad, la digital; es la reputación personal de cada sujeto, lo que es capaz de comunicar como valioso y útil de él mismo.

La identidad digital muestra quiénes somos, cuál es nuestra formación, en qué trabajamos, cómo vivimos... lo más importante, controlar qué queremos mostrar y a quiénes.

La identidad digital no sólo es nuestra huella virtual, lo que generamos también compone  nuestra identidad; pero lo más importante, es el cómo se  interpretan nuestras acciones o mensajes; es decir, la huella que dejamos en los demás sobre nosotros mismos.

Nuestra identidad por tanto depende no sólo de la imagen o información que queramos mostrar, sino de lo que desarrollamos y compartimos en internet, del contexto o comunidades con las que se comparten intereses o información, y lo que ese entorno genere.

Cuidar nuestra reputación digital es por tanto un acto sensato sobre el que todos debemos reflexionar y cuidar, un "resbalón" digital puede convertirse en eterno y no en momentáneo como en la vida real.

Os dejo dos enlaces interesantes acerca de esta cuestión:

* "Seguridad e identidad digital. Redes sociales en educación"

* "La ventana de Johari en la identidad digital"


Imagen: www.pixabay.com
Licencia: Creative Commons Deed CC0

7 comentarios:

  1. Muy cierto Carlos,
    en poco más de 5 años hemos pasado del CV en papel la identidad digital. Parafraseando un artículo que he twiteado en @alfonsomezquita Hemos pasado de enseñar por asignatura a enseñar por situaciones prácticas, es decir del currículum teórico al currículum práctico. El peligro es que en la red todo se queda grabado y un "resbalón" nos pude hacer mucho daño... ;)

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  2. Es cierto ,Carlos , que hoy por hoy todos somos conscientes de que día a día nuestra identidad digital nos define, de que muchas personas que no nos conocen en la vida real saben de nosotros a través de la red, de igual forma que nosotros vamos formando la imagen digital de aquellas personas a las que “conocemos” en la red. Pero como bien dices en tu reflexión final debemos tener mucho cuidado con los “resbalones” digitales. En la vida real podemos cambiar de opinión, equivocarnos, pedir perdón, y casi inmediatamente todo se olvida. Pero la perdurabilidad de las opiniones en internet hace que tengamos que ir con pies de plomo con lo que decimos o compartimos, y eso, en mi opinión, de alguna manera nos quita libertad a la hora de manifestarnos tal y como somos.

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  4. Me ha gustado lo del "resbalón" digital. Todos podemos cometerlo. Pero es que incluso podemos reconocer ese error, disculparnos, rectificar... pero el "resbalón" estará allí en la Red para siempre (ya hablaremos en otro momento del "derecho al olvido") y podrá utilizarse en su contexto o en otro distinto con cualquier tipo de intención. Debemos ser muy conscientes de la trascendencia que puede tener todo lo que publicamos en internet, y más aún siendo docentes, pero sobre inculcar esa responsabilidad a esos nativos que tenemos en nuestras aulas "viviendo" permanentemente en la Red y en las redes.

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  5. Estoy muy de acuerdo con lo dicho por ti y por los compañeros que ya comentaron este trabajo. Démonos cuenta de la importancia de la identidad digital que algunas multinacionales además del curriculum que le presenta el aspirante a un puesto de trabajo le rebuscan en la red su huella digital. Debe ser que en la red nos comportamos como solemos ser ( o no).

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  6. Dices:

    “La identidad digital muestra quiénes somos, cuál es nuestra formación, en qué trabajamos, cómo vivimos... lo más importante, controlar qué queremos mostrar y a quiénes.”

    Me aterroriza esta idea, sin darnos cuenta estamos contribuyendo entusiásticamente a crear el Gran Hermano, sino lo hemos creado ya con Google.

    ¿Qué pasará si nuestro contratador, empresario o Administración conoce determinadas cosas? Ejemplo nuestra actitud reivindicativa y nuestro compromiso ecológico, sindical o social.

    ¿Qué pasará si tenemos una enfermedad grave? Contrataría alguien a una persona con una enfermedad psicológica como la esquizofrenia o la depresión congénita. Contrataría alguien a una persona con tendencia genética a tener cáncer o le harían siquiera un seguro de vida.

    ¿Qué pasaría si alguien conoce nuestra ideología, nuestros gustos o nuestras relaciones? Contrataría un colegio de la iglesia a un divorciado a una mujer que haya abortado a alguien que no acuda a misa sino es imprescindible.

    ¿Dónde queda la intimidad y el anonimato? ¿Por qué un error en la red puede significar un auténtico linchamiento mediático? Todos cometemos errores y muchas veces nos arrepentimos de ellos y los corregimos ¿Es posible esto en la red?

    “qué queremos mostrar y a quiénes” viviremos en la apariencia, en el disimulo, en la falsedad. Realmente este es el modelo de sociedad humana que queremos, yo no. Ves, estoy condenado, me apedreará la red. Este es un modelo hipócrita, falso y muy en consonancia con el mundo calvinista anglosajón, para mi gusto algo deleznable, prefiero conocer a los seres humanos como son y admitirlos como tal, me gusten o no.

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  7. Cómo dices nuestra identidad depende no sólo de la imagen o información que queramos mostrar, sino de lo que desarrollamos y compartimos en internet. Hemos de tener mucho cuidado con la información que damos en Internet, puesto que vamos a quedar "marcados" o etiquetados para siempre.

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